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viernes, 4 de octubre de 2013

Nostalgias

Los escuché por primera vez alrededor de 1973. Vivía yo en la unidad Cuitláhuac y estudiaba en la secundaria 124, ese año, el 11 de septiembre, la maestra de historia nos encargó investigar sobre el golpe de Estado en Chile. Hicimos una ceremonia en honor a Salvador Allende y transmitimos el discurso de Allende en la ceremonia.
Fue entre los ladrillos de la secundaria donde recibí mis primeras nociones de política y también de música latinoamericana. No sólo tenía una maestra de historia de vanguardia, también de música. La maestra de música nos enseñó los ritmos ancestrales de México y de Latinoamérica. Y fue así como conocí a Inti Illimani.
Casualmente una vecina tenía todos los discos y los cantaba a todo pulmón en el edificio atrás del mío y me volví fan. Recuerdo haberme acercado a la chica en cuestión sólo para que me dijera quién cantaba y qué discos eran. Todo aquello era una novedad en mi educación. Fue cuando empecé a cambiar la utopía cristiana por la socialista.
Desde ese entonces, Inti Illimani me ha acompañado en todas las etapas de mi vida.  Amo los autores que escogen, sus arreglos, las armonías que hacen con la voz, y amo más su mensaje combativo y lleno de esperanza y me vale gorro si dicen que soy panfletaria.
Ayer fue hermoso escucharlos junto con Quilapayún, quienes también me gustaron mucho, han hecho un trabajo de fusión muy interesante, mejoraron muchísimo en cuanto a su música.
Inti Illimani como siempre, increíble que conserven su voz casi intacta, o a mi me lo pareció. La gente cantaba, se emocionó, aplaudió, gritó, un público padrísimo. Respetuoso, amable. Hacen que se sienta una bien de pertenecer a esa generación. Algunas fallas en el sonido, lo cual es un desperdicio porque el Metropolitan es un excelente recinto para conciertos. 

El padre de mi hija estaba feliz, mi hija también, cantó toditas las rolas. Yo ni se diga, no tengo voz ni manos de tanto gritar, cantar y aplaudir. 
Qué bien que tuve el chance de participar, de estar ahí, como me gusta, cuando las cosas suceden. Gracias Inti Illimani. Nos vemos el domingo.