Esto de tener hijas que te conocen a la perfección el gusto
es una maravilla. Esta semana me puse a bajar todas las canciones ochenteras
que mi hija, la mayor me enseñó. Y el martes la menor me pasó un link para
bajar el soundtrack de Hecho en México. Y es a este último al que me quiero
referir, guardaré mis recuerdos ochenteros para ubicarme en mi actualidad.
Sin duda las visiones han cambiado. Este mundo ha cambiado
muchísimo, este México, en el cual no pasa nada, resulta que está cambiadísimo,
lo que pasa es que los humanos tendemos a creer que el mundo es las cuatro
paredes que nos rodean.
Hecho en México me asombró en más de una manera, hace un mes
que mi cabeza da vueltas a cómo escribirlo. Y es que para mí que crecí con los
baletts de Amalia y Silvia como íconos de patriotería, resultó un tanto
sorprendente constatar que si bien la globalización, ha hecho que los jóvenes
busquen íconos universales, hay unos cuantos que voltean a ver sus raíces, y
aceptan y aman su mestizaje.
Lo anterior a propósito de que mi hija y su novio la vieron
dos veces y lloraron durante toda la película. A mí me pasaba en X’caret cuando
veía el espectáculo de la noche. Y para mis hijas era muy emocionante también
pero nada que ver con mi patriotería exacerbada.
Hecho en México es una visión moderna, honesta, amorosa, de
nuestra República, una alternativa al paisaje hermoso y la vieja cuerísimo que utilizan
tanto la secretaría de turismo como televisa y tv azteca.
No puedo decidir cuál de las canciones me gusta más. Tengo
que ver el largometraje unas dos veces más para decidirlo. La que me gusta
menos a mis vecinos les fascinó, hasta pidieron que le subiera y la repitiera.
En efecto, es la de Alejandro Fernández.
La película es un viaje, es hermosa, es valiente, es
alegre, es atrevida, no encuentro más calificativos. No se la pierdan, de
verdad se las recomiendo, en especial a las madres y padres. Es una propuesta
novedosa, poética y racional, sensual, escatológica y mística.
Agradezco que mi hija me mandara el link, pude recordar toda
o casi toda la película. Recuperé las sensaciones y a la vez entendí por qué
para mi hija es entrañable y para mi es novedosa la visión de México que ofrece.
Amo con locura a Rubén Albarrán, pero ese es problema mío. Todos
los que cantan y tocan son estupendos. Los Tucanes me sorprendieron. Natalia,
como siempre, dulce y hermosa. Un soundtrack perfecto para un documental
perfecto.