¿Les ha sucedido que tienen la necesidad urgente de hacer algo y todo empuja hacia ello aunque no quieran?
Verán, no es que mi vida no me guste, he aprendido a vivir sola, a las conversaciones que reciben por respuesta sólo miradas o en todo caso un miau de mis mascotas, a no necesitar una pareja ni en los días festivos, a prescindir de mil cosas, he aprendido a vivir con lo estrictamente indispensable y no sentirme chinche por ello.
Día a día agradezco que mi cuerpo y mi cerebro funcionan muy bien para su edad, que soy independiente, que tengo techo, y sin embargo....
Casi todas las personas tenemos rasgos que nos definen y siempre pensé que lo que a mi me define es el cambio, el movimiento. Tengo pavor a las cosas estáticas, tal vez porque siempre trabajé en la industria editorial, que es lo menos estático que conozco en cuanto a dinámica de trabajo, o porque heredé la capacidad de cambio de mi madre, el caso es que para mi la vida tiene que ser mucho más que levantarse, tomar café leer las noticias, irse a trabajar y al terminar vuelta al mismo círculo.
Me he estado cuestionando mucho las razones que tengo para el presente viaje, racionalmente sé que no puede ser un capricho como mis viajes de adolescencia, en especial porque realmente mi situación económica, si bien ha mejorado desde la nueva chamba que tengo, la cual es por cierto perfecta, yo quiero más, siempre quiero más, esa es mi desgracia.
Claro está que me procuro proyectos donde vierto mis sueños y ansias de gastar las neuronas siempre en algo distinto.
Y entre ellos ha estado en forma constante uno, que deseo implementar en Veracruz, en los Tuxtla, región en la cual nacieron mi madre y mis hermanas y de la cual he estado enamorada desde siempre.
Hay quienes afirman que no existen casualidades, sólo causalidades. Hace un año cuando viajé al Tajín me encontré con la cultura Totonaca por primera vez, pues las referencias que tenía de la región eran de mi madre, quien era una maravillosa mujer pero racista a morir la pobre.
Y hace unos cuatro años fui de viaje a esa zona con mi hija y me enamoré de ella
traté de convencer al padre de Ámbar para que comprase un terreno, el cual por cierto fue bueno que no lo comprara porque me enteré después que tiene muchas broncas. El caso es que siempre he estado con el gusanito de buscar al manera de irme a vivir a la zona.
Y no es que no se pueda así nada más, pues hay amigos que me han dicho que si te vas a la zona, a vender cerveza en semana santa, vives de decentemente todo el año. Pero es ahí donde se pone para mí difícil la cosa. A mi me gusta avanzar, si quiero cambiar es para mejorar siempre. Tal vez después de intentar las cosas y que no salgan apechugo, pero tengo que intentarlo.
Parto pues bajo el amparo de los Idus de Marzo, día en que nació Emma. Regreso al Tajín, todavía no a los Tuxtlas a donde espero poder ir pronto, pero es un paso hacia el cambio. Voy con proyectos, espero hablar con la gente indicada. Deseénme suerte.
Un abrazo y un beso grandes para ustedes amigos y familia que me apoyan y consienten en todas mis locuras. Los amo. Va por todos.
seguro te va bn, te deseo mucha suertecia =) te amo
ResponderEliminarEspero acompañarte en la búsqueda de tus sueños tuxtleños... Te amo.
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