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domingo, 14 de julio de 2013

Círculo vicioso

Cuando niña, había un lugar al que mamá nos prohibía ir solos, el jagüey. Era un ojo de agua que estaba en las afueras del pueblo al que ella nos llevaba a menudo. Un remolino en el centro lo hacía peligroso. De cualquier manera no imagino que alguien quisiese tomar un baño en él, con el frío que hace en Tepeapulco.
Les platico lo anterior porque uno de los juegos cuando íbamos, además de recoger los cucuruchitos y semillas de los árboles que rodeaban el ojo de agua, mamá organizaba concursos de tirar piedras al agua. Ganaba aquél que lograba expander más los círculos.
Hoy sé que aquello era algo muy didáctico, sólo que no tenía edad para comprenderlo. Ni siquiera sé si mamá sabía su significado.
Mi vida siempre ha sido así, pasó de un círculo pequeño, mamá, mi hermana y mi hermano, se agrandaba a ratos, cuando mis hermanas casadas venían a vernos, y estaba aquél otro, el de los Testigos de Jehová, un círculo más amplio. Las cosas permanecieron así hasta que cumplí once años, entonces comencé a trabajar, en una maquiladora, nuevo círculo, el trabajo.
Al principio era fácil, los círculos no eran muy grandes y podías saltar de uno a otro sin problema. Pero la vida sigue y los círculos aumentan y cada vez se hacen más grandes y cada vez estás más lejos del de origen.
A veces esto de los círculos no resulta tan divertido, lógicamente te encuentras con gente que también ha ido saltando, algunos van contigo de hecho, otros no, se quedaron en el primer, tercer o cuarto círculos, pero como los círculos además van girando, igual te encuentras con ellos, te sirven para recordar de dónde vienes, supongo.
A mí a veces me provocan nostalgia. Solía ser tan distinta. Me miro en el espejo y no me reconozco, por eso pego el salto a cualquiera de los círculos de los que vengo, aunque nunca sea lo mismo, el cambio, una vez realizado no acepta marcha atrás.
Y como no logra uno nunca vislumbrar cuál es el nuevo círculo, tiene que dar el salto a ciegas, lo das y saz, estás en otro, supongo. La verdad es que cuando he tenido problema con eso es porque me da miedo o estoy muy cómoda en mi círculo. En general soy mucho más arriesgada siempre, doy el salto y listo, me dejo caer, a veces aterrizo suavemente, otras de narices, los daños han llegado a ser graves en ocasiones, pero siempre me repongo y sólo me doy cuenta de que fue un salto cuando volteo a mi derecha y veo los círculos anteriores.
El círculo en el que me encuentro es enorme, pasear alrededor de él parece una tarea titánica, a veces la tentación de regresar a aquel pequeño círculo donde sólo estaba mamá y tus hermanos es mucha, pero ese se amplió contigo, ellos están en círculos, mamá en uno más amplio y tus hermanos en el mismo tuyo. Tengo hermanos regados desde Alberta hasta Tenosique, Tabasco, dos hijas que viven lejísimos de su servilleta, una en el Caribe y otra en la Carmen Serdán, círculo que odio. Y no se diga amigos, andan regados por todo el mundo.
El internet, la globalización, todo apunta a hacer el círculo más y más amplio, tan grande como el mundo entero. Aunque a mi todavía me provoca miedo muchas de las cosas que leo sobre el extranjero, lo mismo de Europa que de Asia o África, no entiendo mucho. Ya bastante me ha costado adaptarme a las costumbres e idiosincrasia de mi pueblo, miren que son variados. Aunque si soy honesta, nunca me he adaptado del todo a ningún círculo.

Y como este escrito de sesuda reflexión devino en círculo vicioso, ahí le paro, era nada más un ejercicio para calentar motores y ponerme a trabajar en serio.

Foto tomada de Taringa.net

martes, 9 de julio de 2013

De letras e importancia de ellas

Cuando Pedro salió esa mañana, no sabía oh alma querida. Que la luz de esa clara mañana, era luz de su último día. Y las causas lo fueron cercando, cotidianas, invisibles.. Y el azar se le iba enredando, poderoso, invencible.
Causas y azares (Silvio Rodríguez)


Pues aquí está su servilleta de regreso, hace rato que ando ausente de estos lares, ojalá me hayan extrañado porque yo lo hice y mucho.
Resulta que los acontecimientos desde que regresé de Veracruz me rebasaron, lo cual no es raro en mí, habrán notado.
Lo cierto es que entré en un mutismo forzado. Y no es que no hayan sucedido mil cosas que merezcan ponerse a escribir un poco, pero la verdad todo esto me ha llevado ha cuestionar seriamente mi oficio otoñal.
Y es que de pronto, regresando de la fantasía del Tajín, aquí estaba yo, tratando de asimilar lo aprendido. Y pues nada, los caminos del cerebro son caprichosos, y es así como el Tajín me llevó a cuestionar toda mi forma de vida.
Mi nombre es Aura, la Real Academia de la Lengua Española lo define del siguiente modo:
(Del lat. aura, y este del gr. αὔρα, der. de ἄειν 'soplar'). 1. f. Viento suave y apacible. U. m. en leng. poét. 2. f. Hálito, aliento, soplo. 3. f. En parapsicología, halo que algunos dicen percibir alrededor de determinados cuerpos y del que dan diversas interpretaciones. 4. f. Favor, aplauso, aceptación general. ~ epiléptica, o ~ histérica. 1. f. Med. Sensación o fenómeno de orden cutáneo, psíquico, motor, etc., que anuncia o precede a una crisis de epilepsia o de alguna otra enfermedad. aura2. (De or. amer.). 1. f. Ave rapaz diurna americana, que se alimenta de carroña, de 70 cm de longitud y hasta 180 cm de envergadura, con cabeza, desprovista de plumas, de color rojizo, y plumaje negro con la parte ventral de las alas de color gris plateado.
Y es a esta última definición a la cual voy a referirme, aunque la verdad es la que menos me gusta y por desgracia la más conocida por el común de la gente.
Y es que ahí está el punto: Estoy harta de ser ave de mal agüero. Me gustaría ser paloma de la paz, o al menos algo más divertido, hasta una avestruz, pero avisar a la gente de desgracias, si bien ha sido lo que he hecho siempre, me tiene harta.
Una de las cuestiones que cualquier escribidor se plantea siempre es qué tan importante es lo que escribes. En la Sogem me enseñaron a no preocuparme de eso, en teoría, respetar las reglas ortográficas, literarias, éticas y otras cosillas te permite ser un buen transmisor de un mensaje. Tienen la tesis, que yo respaldo, de que todo está ya escrito. Es decir, da un poco lo mismo, escribas lo que escribas, ya está dicho.
Su servilleta ha trabajado desde siempre en áreas que le obligan a escribir largos discursos, de distinta naturaleza.
En este nuevo reto al que me enfrento la cuestión es totalmente distinta pues se trata de decir todo aquello que he dicho a lo largo de 30 años -y cuyo mensaje dudo mucho haber comunicado eficientemente- con un lenguaje nuevo, fresco, que todo mundo quiera leer y recuerde, que llegue a la necesidad exacta que tenemos todos de expresar lo que en mi generación era una profecía y en las actuales se volvió certeza:
Si no nos ponemos buzos, estos hijos de la chingada que detentan el poder y contra los cuales he luchado los últimos 30 años de mi vida, nos dejan sin país por completo.
Y ahí es donde está lo difícil de la cosa. Cuando el TLC, les advertimos a todos, cuando el Fobaproa igual, son incontables las veces que hemos salido a la calle a decirle a la gente lo que está pasando. No digo que no hayamos tenido triunfos, medio pírricos, pero triunfos al fin, pero sin duda no lo hemos logrado. La gente sigue creyéndole más a Televisa.
Mi generación ha vivido cosas asombrosas, la irrupción de las redes sociales es para mí una de las más útiles herramientas que nos ha dado la tecnología, pero como siempre, llego tarde y poco informada a estos chunches, trato de ponerme al día lo más que puedo, que a veces mis 54 años me rebasan, y no encuentro la veta de juventud que me mantenga al día.
Por ahí trataré de encaminar mi escribir en los días siguientes. Ustedes perdonarán, este es un espacio que normalmente uso para cosas personales, pero si no escribo aquí dudo poder escribir una letra sobre el problema que es de urgencia y que requiere de la inmediata atención de todos, por más que andemos ocupadísimos cada quien en nuestro rollo.
Ojalá me acompañen y me ayuden, voy a necesitar de toda la ayuda si logro convencerlos.
Este país corre un riesgo tremendo, muchos lo sabemos, a algunos les preocupa y pocos, muy pocos, estamos haciendo algo para tratar de impedirlo.
Sé que los partidos, que la política, que todo eso es una porquería, pero eso no quita que nuestro país esté en peligro, no quiero dejarles hacer lo que les dé la gana sin darles una batalla dura.
La cuestión es cómo. Ahora sí que como dijo aquél, "ahí está el problema".
Quiero encontrar la manera, quiero dejar de convencer a los convencidos, necesito que me escuchen los otros, los que no piensan como yo, los que creen ciegamente en este gobierno asesino que nos tiene de pie en la barranca y está convenciéndonos de un suicido colectivo: entregar nuestras riquezas a los extranjeros, en especial los gringos.
No sé si voy a lograrlo, lo intentaré y les pido apoyo, todo el que puedan darme, no sé cómo entrarle al asunto, sé pero del modo arcaico, gastado, confuso, que tanto odian los jóvenes, cuyo futuro es el que está especialmente comprometido.

¿Cómo ven? ¿Creen que lo logre? La neta, me está costando un huevo, cada frase, cada imagen, cada línea me suenan gastadas, confiaba en que mis compañeros, jóvenes todos, pudiesen ayudarme pero la neta, ellos también están requetecontaminados con las formas viejas.
Así que ahí les encargo, si se les ocurre algo novedoso, me hablan, porque a mi puras frases gastadas se me ocurren y es que la situación no es nueva, es de viejo cuño, ustedes dirán si puede una inventar el hilo negro. Aunque la verdad a mi me gustaría más inventar el de Ariadna.
¿O ustedes qué creen?