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miércoles, 24 de febrero de 2016

Buen viaje Stinky


Stinky llegó a mi vida hace tres o cuatro años, no recuerdo bien; los años parecen pasar cada vez más  y más rápido. Me lo llevó mi vecina, quien no sé si había notado que dejaba yo alimento para los gatos ferales que habitaban el callejón o fue a partir de llevarme el gato que empecé a darles pues la manada se fue acercando a raíz de la adopción de Stinky.
El estado del animal era deplorable. Tenía tal cantidad de pulgas que ya ni intentaba rascarse. Permanecía tendido como esperando la muerte. Quitarle las pulgas fue toda una bronca. Stinky luchó por su vida cerca de tres meses, con una infección en la boca que ningún veterinario localizaba. Una visita de mi hija le salvó la vida pues fue ella quien al examinarlo lo primero que hizo fue abrirle la boca. De ahí en adelante todo fue viento en popa para el animalito. Se repuso y se convirtió en un hermoso gato, medio desaliñado pues no había tenido mamá gata que le enseñara cómo comportarse como gato, siempre tímido y asustadizo, pero que salía a proteger a la manada de ferales en cuanto escuchaba ruidos que él consideraba peligrosos.

Aquella manada de ferales me enseñó muchísimo sobre los gatos, había tratado siempre con gatos domésticos y conocer esa manada de ferales liderada por una gatita negra con la lengüita de fuera a quien todos protegían y que imagino era la madre más vieja, o al menos la más cuidada por la manada.

Poco a poco los fui cazando para operarlos. La manada se mantuvo estable, no creció mucho. Otros vecinos hacían lo mismo con algunos gatos de la zona. Hace unos meses regresé y fue muy conmovedor que al escuchar mi voz, la manada entera fue a saludarme (pedirme comida). Las vecinas estaban sorprendidas de lo bien que recordaban mi voz.
Y esa fue la primer enseñanza de Stinky, quien estaba agradecidísimo conmigo por haberle salvado la vida. Tierno, dulce, fiel, era mi gato trapo. Podía ponérmelo de bufanda y él era feliz pues era mamá dándole cariño. Confiaba plenamente en mí, me llenaba de muestras de afecto, su mirada amorosa me acompañaba todas las noches antes de dormir.  Sus enormes bigotes haciéndome cosquillas pues le encantaba acercar su cara a la mía, sus maullidos, suaves, tiernos.

De verdad es maravilloso cómo todo ser vivo reacciona al afecto, desde una flor hasta una fiera. Stinky superó estos dos años sus reservas hacia los humanos. Le encantaba colarse en la cama conmigo y con Eduardo, al que al principio ignoraba olímpicamente y después aceptó e hizo partícipe de nuestro rito nocturno de miradas y caricias.
Creo que Stinky tuvo una vida feliz, especialmente el último año, en el cual se hizo muy amigo de Merlot, quien es la gata más alegre y tierna que hay en la tierra. Todas las mañanas organizaban corretizas y desastres provocados por las mismas.
Hasta en su agonía Stinky mostró su profundo amor por su mami. Quiso refugiarse en mis brazos y no me cansé de decirle cuánto lo quería. Se fue sabiéndose amado,  espero que no haya sufrido mucho. No dio indicios de estar sufriendo hasta hace ocho días, pero estaba bajo control, al parecer la libraría. No sé qué pasó, necesito saberlo por los otros gatos, pero espero que sea lo que sea No haya sufrido tanto.



Me quedo con su mirada fiel, constante, amorosa. Con sus cariñitos y sus celos de las últimas fechas. Ojalá donde vaya tenga una mamá que lo acaricie todo el día, como él quería. Adiós querido mío. Gracias por todas las lecciones, por las preocupaciones y las sonrisas, por dejarme acicalarte y deshacerte uno a uno los nudos de su pelo hirsuto. Gracias por todos los momentos que tuvieron sentido porque le cuidaba y amaba. Buen viaje Stinky.

5 comentarios:

  1. :( se que él sabe cuánto lo amabas. Y q te queria =. Te amo mami

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  2. Hermoso texto, hermosa historia, hermosa autora que da y recibe amor.

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  3. Amiga: gracias en nombre de este y de todos los ángeles de naricitas mojadas a quienes has tendido la mano y el corazón. :*

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  4. Hola Aura solo me queda decirte gracias por todo lo que haces por los animales, felucitaciones por tan noble labor, un gran abrazo de luz.

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  5. Esta historia de la gatita me lleno de ternura, es como adoptar un bebe, no esque sea grosera al compararlo con un bebe sino por la ternura que mostro para ella eras tú su mamá, ella te amaba porque la protegiste me encanto y reflexiono sobre el amor que debemos tener a los animalitos

    Gracias.

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