Foto tomada de NASA MSFC http://www.ustream.tv/channel/nasa-msfc
Fue una noche portentosa. Hacía no sé cuántos años que no disfrutaba un
espectáculo como el de esta noche, así que aprovecho que está nublado y
no puedo ver mucho pa' escribir.
Hace muchos años, por lo menos 50,
imagínense; vi mi primer eclipse de este tipo en Tepeapulco, Hidalgo,
en compañía de Emma, Pillo y Esther, también estaba la familia Laguna.
No recuerdo con exactitud cuándo fue,
pero sí que esa noche me enteré de que una luna como esa había causado
el labio leporino de Pepe, hijo de los señores Laguna; según versión
Zenaidita, versión que don Pablo Laguna, su marido, refutaba
airadamente, pues él se guiaba por las leyes de la ciencia,
exclusivamente.
Estos personajes me andan rondando últimamente. A
veces así pasa cuando vive una tanto como yo he vivido. Se te cuela un
recuerdo en la neurona y te dedicas a desmenuzarlo por completo.
Nuevamente la noche escampó y surgió un cielo iluminado, limpio, lleno
de estrellas. La luna está cubierta en una cuarta parte. Pronto
oscurecerá por completo.
Hace rato me asombré de verla atrás de las
nubes, el efecto era el de esos cuadros en que representan a Dios.
Recordé que de niña lo vimos con vidrio ahumado y me puse lentes oscuros
y se ve perfectamente el color rojo con los lentes oscuros.
La luna
salió y entró entre las nubes y al final el cielo escampó y hay una
hermosísima noche, como pocas. Ya sólo hay una pestañita o uñita de la
luna. Morirá en unos minutos para renacer renovada y plena como hizo ya
varias veces entre el cielo nublado del DF. Agradezco a la vida la
oportunidad de gozar de esto una vez más.
Volviendo a Hidalgo, mis
hermanos y yo escuchando las distintas explicaciones de los eclipses,
las científicas, las místicas, las bíblicas. Fue el primer apocalipsis
que viví de niña.
Al final ganó la ciencia, no pasó nada. Todos
seguimos con nuestras vidas, pero aquella noche mágica vive en mi
recuerdo como la primera de mi vida o al menos la que recuerdo con más
claridad y cariño.
Aquella noche aprendí que verdades hay muchas,
cada quién tiene la suya, y si mal no recuerdo yo creí todas (ya desde
entonces era una muchachita muy ecléctica
). Lo cierto es que amaba profundamente a esos tres seres, Emma, don
Pablo y Zenaidita, lo que ellos dijeran era ley para mi, y podía
entender perfectamente la posición de don Pablo, quien era un hombre de
ciencia, médico, lo mismo que la de Zenaida que a todo le encontraba una
explicación mística pues era supercatólica, y la de mi madre, Testigo
de Jehová de reciente adquisición en esos tiempos.
Además en aquel
entonces uno no cuestionaba lo que los aultos te decían, aunque fuese
contradictorio. No yo al menos. Igual no entendía gran cosa de todo.
Esta noche me embarga un sentimiento de esperanza, de tranquilidad. Hoy
como ayer sé que hay una explicación científica y otra física y otra
metafísica, todas me gustan. Pero me quedo con el sentimiento de estar
con la gente que uno ama, que es lo que más extraño esta noche. Ojalá
pudiese ver esta belleza con mis hijas al lado o ya de perdis con mi alma gemela.
No por eso. Qué bonita es la naturaleza y el cielo y el mar más que todo.
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